¿Donde escondiste las incognitas?

me encanta que ames a otra, me encanta que ames a fin de cuentas
Estoy dispuesta a celebrar eternamente tu vida, te dije que tenía un regalo, es un planisferio, un mapa del universo, centrado en la vía láctea, si, pero una vez teniendo una pequeña parte podemos tenerlo todo, así me pasa contigo.
Tengo tu abrazo que alimenta mil meriendas, millones de noches, kilómetros de caricias (aun por cuantificar) qué mas da.
en todos estos años no he querido tirar ningún deseo, me acechan multitudes sedientas y les guardo un océano.
No hay día que no repase las espinas que me diste, las guardo celosamente y de hecho aprecio que crece su brillo, ahora no se si son espinas, lágrimas vivas o estrellas bandidas, que se han escapado de arriba para poblar el firmamento de mi pecho izquierdo.

No quiero hacer contigo ninguna ecuación y sin embargo no paro de hacerte comparaciones, no quiero separarme de ti con incógnitas pero relleno silencios de Xs e Ys que desbocan a contraluz la verdad de nuestras sombras. ¡Horror de polinomio! Cuya solución quizá encuentre bajo las lapidas que reposan en las vistas de tu ventana, donde distraidamente posaste tu retina antes de cavilar la fantasía de tu mejor masturbación. Quien sabe.

Me chiflaría encontrarme con tu vida en uno de mis viajes por el tiempo, estoy tan vacía y a la vez tan llena de oasis sin desiertos y quimeras tapizadas de hiperrealismo.
Me monto tantas historias que no se hasta qué punto estoy vinculada a la ocasión en la que te coja la mano para tapar tus lineas con las mías y hacer un garabato de destinos.

Van Gogh, Dalí, Rubens, Klimt, arte saldría, seguro.