Olvida todo lo que te pueda decir.Es mi mentira de ti.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Un párpado lleno de nubes

El desprecio es aprecio desfigurado.
No subestimo que utilizaras mi existencia como pretexto
Para expandir rencores, inseguridades, formulas fraudulentas que no contrastan nada bueno, que se constriñen en una forma de expresión reducida a percepciones limitadas.
Tan limitado como desear que las cosas no sean naturales sino propiedades.
El desprecio es aprecio desfigurado, si...
El corazón encogido sigue siendo corazón y los montones de escombros siguen siendo materia utilizable.
¿Es preciso olvidar lo desechado? ¿Hacer como si no existe? preocuparme por lo de siempre, el desorden mundial, las rimas de calidez, los cambios humanos, la voluntad de trascendencia.
Un día algo me recordará esa facturación sin reciclar, las ganas de gritarte lo que soy y encontrarme bajo el mar dejando las cuerdas vocales como violonchelo para medusas y peces globo. 
No tengo por qué exigirte que sepas lo que hay-cuando yo tampoco lo sé- cuando jamás exijo a nadie -o eso quiero exigirme-.
Te miraré por acercarme a ti con algún sentido,  me deshumanizaré para abarcar algo de lo que eres.me arrastraré a ras de la vida concebida, olvidaré el ego y donaré mi cuerpo para llenar vacíos, paliar cojeras, completar muñones y más imperfecciones inventadas.
La ironía volverá a pisotear toda reflexión asegurándome-y ya no aspiro a mås seguridad- que nada de eso existe.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Hay un pájaro muerto bajo mi almohada azul.



Supongamos que hace frío. Mucho frío. Que las noches se hacen largas y los pies no entran en calor. Supongamos entonces que somos dos cactus. Dos cactus raptados bruscamente de un cálido desierto. Supongamos que ese frío se nos hace insoportable. Supongamos que sólo el calor que desprende uno y el calor que desprende el otro puede aplacar un poco la nieve. Supongamos entonces que nos abrazamos y hacemos que las noches no sean tan largas ni el frío tan inaguantable. Supongamos que recordamos cuando estábamos en el desierto, cuando el calor nos hacía sonreír. Supongamos que los pies entrelazados pueden con los icebergs. Volvamos a suponer entonces que somos cactus. Supongamos que para aplacar el frío, al abrazarnos nos pinchamos. Tú con mis púas. Yo con las tuyas. Supongamos que nos pinchamos el uno al otro. Que cuanto más nos abrazamos, más se  clavan.Adentro.Adentro.Adentro.

Y ya que suponemos, 
supongamos que nada de eso duele. 
Supongamos que merece la pena.
.
Porque
 prefiero clavarme tus púas de cactus,
 a sentir las caricias de cualquier otra amapola.


martes, 3 de diciembre de 2013

Con el encéfalo de tobillera

Tardes de psicólogo y mirar al mar
Fingir que me encuentro y salir corriendo
Aislarme para volver a empezar
-entonces usted piensa que la desesperación, la angustia, el desamparo...comenzó en la infancia?
-bueno, que yo recuerde, claro... Supongo que desde entonces soy adicta a ello.
Miro por la ventana, observo a las personas caminar en línea recta, y yo observo mi vida desde arriba, y solo puedo impulsarme al suelo. Caminar en línea recta es lo mismo que caer, solo quiero acelerar el proceso, ahorrarle tiempo a la existencia..
-bueno, no hace falta que siga, es muy atractivo eso que dice, usted cree que todos deberíamos pensar lo mismo?
- No... Mi pensamiento es algo irracional, solo lo hago por divertirme, o al menos eso pensé al principio,hasta que se convirtió en adicción
-tiene la suficiente capacidad de autosugestión como para enfermarse y curarse cuando quiera, no necesita mi ayuda, así que por favor, deje de hablar con el pomo de la puerta y vayase a tomar por culo.