canto jilguerra

La soledad es un desierto de búsquedas. Hoy no se qué buscar y no puedo parar de hacerlo, busco la duda, busco no querer saber, busco enlazarme con una verdad de las que dan golpes en las narices a diestro y siniestro, busco que me de igual, estar en el desierto,en la gran ciudad o en una cama deshecha, con las piernas cruzadas, desnuda y esperando lo que mas desespera, desierto de ti, montón de nada, energías insurrectas que pueblan la habitación y me lo quitan todo. 

No sólo mi cuerpo esta desnudo, mi mente tiene sed, mis órganos escurridos se acurrucan en los pliegues que quedan felices, de estas sabanas enmarañadas.

No estoy conectada con el tiempo, son las 10 de la mañana y para mi es madrugada, ahora los bares de carretera están poblados de mis venas, mis venas buscarían pureza en botellas de vodka y predicarían vacío para olvidarse de sí mismas.

Exactamente lo que le pasa al abandono, lo que le pasa a la alegría del pájaro que olvida hacia donde migra y se guía por alas ajenas y pierde el ritmo de vuelo y se pierde. Es un espécimen de estudio de parque natural, desterrado de su cielo encuentra su equilibrio en la gratitud. Hay quien se preocupa por él y archiva su caso en un registro. Como pasa con la psicosis, como pasa con estos sentimientos que decidí apuntar en lugar de hacerlos abdominales. Archivo y burocracia para los que nos perdimos en la búsqueda, mejor ser buscada que buscar. Aunque no tenga trascendencia.

En fin, ahora me visto, hago la cama y se termina el poema. Gracias.

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Que me busquen tantas veces como quieran hacerme desaparecer. La huida se transforma en encuentro.
La vida suele dar dosis de contrariedad para reafirmar su poder. Quiero ser vida. Vital. Viciosa. Viandante. Vida. Viento. Vida. Quiero ser vida y no estancar flujos con terquedad de pasillos de supermercado. No quiero manipular ni manipularme, ni mentir, ni mentirme, ni ser verdad, ni pedirla, ni verificar gestos, ni traducirlos.
Todo es más natural que quedarme en el intento. Solo vida. Pétalo. Movimiento. Ida y venida y recoveco.
No saber, saber, indiferencia, alegría. No saber. Alegría. Ritmo. Frenesí. Descubrir. Olvidar. Volver. Cifrar y perder, garantizar y más cosas que saben las palabras verdes del vuelo del águila. Alegría.
Pensamientos inocuos que moldean el deseo. Reiniciar y cambiar de mentalidad como de zapatos.
Que me busquen tantas veces como quieran. Todo es más natural que quedarme en el intento. Solo vida. Pétalo. Movimiento. Andar lo andado nuevamente y de estreno. Querer, quererte y quererme. Vida nueva, buenas, ameba, epicentro y espasmo, ah ah AH! y alegría.

Agujero negro

El tiempo no me sirve.
Ni el espacio.
No me sirve la distancia.
Ni siquiera la cordura.
Pueden pasar meses en el calendario,
pero son segundos en mi vientre.
No existen kilómetros, ni despedidas.
Ni auténtico “adiós”
Da igual el norte o el sur.
Da igual que existan otras bocas. Que bese otras bocas.

                                                                     Estoy cansado.

Quiero desmaterializarme.
Expandir mis átomos por todos los cuerpos sudorosos de todas las asquerosas ciudades en las que no me encuentro.
Desubicación crónica.
Síndrome de sthendal.
Química.
Quiero fundirme en una pared. En el centro de una pared sin ventanas.
No funciona el tiempo.
El tiempo se instala detrás de mis recuerdos.
Ellos van siempre delante.
Latentes.
Tanto,
que parece que fue ayer cuando éramos eternos.

Lalunallenaseacercarubitodescarado

El chico rubito quiere jugar.

Voy a reconciliarme conmigo.
Ya no hay perdón.
Ni más partidas. Ahora la luz vuelve a ser más fuerte.
Hay millones de pájaros volando en mi habitación.
Debajo de mi cama una playa.Un mar fresco que limpia mis pies al levantarme.

La música suena en mis costillas como un xilófono.

Bailo. Bailo sin sentido. Y con todos los sentidos unidos.
El tacto.
Aquella voz.
Por fin es primavera en mi ropa interior.
Detrás de mi ombligo nacen arboles cargados de color.
Ya no hay sauces llorones.
Ni sonidos de gotas que caen.

Ya no hay excusas.
El rió vuelve a fluir.
Me contiene y lo contengo.
Soy un piano que suena en el fondo del mar.
La calle es una cometa a la que puedo manejar a mi antojo.
Hasta…
.
.
.
:
:
.

Hasta que me cruzo con alguien que lleva tu perfume,
y todo se desvanece.

De querer y otros poderes

Quiero recordar tu voz, 

quiero asumir tu forma de ver el mundo, 

quiero interiorizar todo tu amor,

 cuando querías que espabilara de golpe, 

me hablabas firmemente y decías mi nombre, 

perfectamente vocalizado, 

parecías saber mejor que yo quien soy. 

                          Será que estas destinada a ello.

No me bastaba entonces, con todos los sentidos abiertos para decirte, 

cuanto te admiro, 

haciéndote grande dentro mía a medida que yo me hago grande. 

Ni me basta ahora escribirte 

y plegar al tiempo para abrazarte, 

no lo hacia en su momento porque mis brazos 

 no alcanzaban tu magnitud, 

ni ahora mi recuerdo puede tocar un ápice 

de tus sentimientos, 

al estar suspendida en una dimensión superior

 ajena a mi torpe expresión. 

A pesar de ello lo intento porque necesito desahogarme, 

porque me siento llena de tu infinito inefable y 

porque quizá un día pueda ordenarme lo suficiente como para velar

el significado de tu nombre.

Quizá ese día pasó y para variar

No me di cuenta.

Como el geráneo que arrancaste

el diablo de la posibilidad de una noche eterna yace en el pensamiento de mis muñecas, 
en mi paladar 

en mis pulmones 

No estuve tan sola

ni aun buscándolo

Debo disimular que huyo cuando estoy encontrando

Cuando estoy más real que nunca

Ahora que me veo mas allí que aquí

Mi cuerpo se transparenta

Mi pensamiento parece el de otra persona

Por fin sé que esta sonrisa es para siempre

Por fin una certeza

No soy capaz de decirte nada

Soy tu marioneta

Me sitúo en otro lugar y me veo como producto de tu imaginación 

Así me imagino.

solo quiero que me olvides para dejar de existir.

Pececitodentrodelagua.

                     

ya sea tan tarde que nada importa.

Yo ahora soy una ventana.

Y a las ventanas solo se las echan de menos

cuando entras en una habitación,

y te das cuenta,

de que

ya

 no están.

Fin.

                                                            Y principio.