Olvida todo lo que te pueda decir.Es mi mentira de ti.

lunes, 28 de julio de 2014

El faro que siempre apunta a mi cuarto.

La noche en la que volviste yo estaba dormido.
Soñaba que era un espantapájaros encallado en una playa.
Una playa sin pájaros.
Dentro de una jaula.
Espantaba todo aquello que quería entrar en la jaula.
Pero no existían pájaros.
Ni uno solo.
Recuerdo que esa noche no llevaba pijama.
La ventana seguía abierta y el aire acariciaba lo que quedaba de mi-tu piel.
La cama parecía uno de esos trozos de hielo que se quedan flotando a la deriva.
Un espantapájaros en un trozo de hielo, pensé.
A la deriva, pensé.
La noche en la que volviste yo llevaba puesto unos tapones para no escuchar aquella canción que me recordaba a ti.
Había llenado la habitación con velas que nunca llegué a encender.El vino estaba caliente y el chocolate derretido.
Vertí en el suelo cristales.Para tu regreso.Para que te pincharas.Para que sintieras lo que sentí al marcharte.
Mientras, yo estaba dormido.
Tu llegaste.
Y yo,
creyéndome un espantapájaros,

no lo supe jamás.
















debajodemissábanasanidangaviotasquemehacencosquillascuandomesientosoloenveranoymetapanconsusplumascuandoesinvierno.




lunes, 7 de julio de 2014

Amigdalitis crónica de tu saliva crónica de una muerte anunciada.


La
fiebre.
Siempre sube por las sienes.
Traicionera.
Expectante.
Calmando mi cama caliente.
La fiebre juega.
Se balancea.
Se desliza por mi espalda.
Matando cualquier bacteria.
Incluidas el recuerdo.

El 
recuerdo

de cuando calentabas mi cama,
antes que ella.

La fiebre.
Siempre vuelve la fiebre.