Quiero recordar tu voz,
quiero asumir tu forma de ver el mundo,
quiero interiorizar todo tu amor,
cuando querías que espabilara de golpe,
me hablabas firmemente y decías mi nombre,
perfectamente vocalizado,
parecías saber mejor que yo quien soy.
Será que estas destinada a ello.
No me bastaba entonces, con todos los sentidos abiertos para decirte,
cuanto te admiro,
haciéndote grande dentro mía a medida que yo me hago grande.
Ni me basta ahora escribirte
y plegar al tiempo para abrazarte,
no lo hacia en su momento porque mis brazos
no alcanzaban tu magnitud,
ni ahora mi recuerdo puede tocar un ápice
de tus sentimientos,
al estar suspendida en una dimensión superior
ajena a mi torpe expresión.
A pesar de ello lo intento porque necesito desahogarme,
porque me siento llena de tu infinito inefable y
porque quizá un día pueda ordenarme lo suficiente como para velar
el significado de tu nombre.
Quizá ese día pasó y para variar
No me di cuenta.
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