Me he despertado en el sofá, he mantenido durante el descanso una postura fisiológicamente inaceptable, me dormí sobre papeles y al despertarme tenía las letras marcadas en la cara. Me he mirado en el espejo y he podido discernir un “j o d e t e” en el cachete. Me he espantado, ¿esos son los mensajes que contengo?
Me he lavado la cara, he visto las palabras derramarse de una forma precipitada, parecía una catarata alfabética:
- m e n t i r a q u e m e s p e r a s t e a l g ú n d í a
- m e n t i r a q u e p e n s a r a s e n m i
He soportado a tientas lo que tus letras tenían que decirme, yo no las he elegido, pero he aguantado el tirón pues en el momento en el que se han dejado ver, huían por el desagüe despavoridas, incrédulas de existir para desaparecer, como las hojas de un álamo que desvela poemas en otoño. Me he vuelto a mirar la cara que pese a habérmela lavado con ahínco, seguía conteniendo mensajes.
- m e n t i r a q u e p e n s a r a s e n c u i d a r m e
- m e n t i r a q u e n t u t r o n o g u a r d e s u n l u g a r p a r a l o n u e s t r o
He intentado lavarme con mas fuerza, no aguanto estos mensajes que reavivan heridas que me saben a humo negro, a látigos, a postillas infectadas, esta vez me he frotado con las uñas, he sentido el volumen de las palabras amoldadas en mi cara, ahora lo entiendo, están metidas bajo la piel. He vuelto a mirar y aún podía leer:
- m e n t i r a q u e t e a h o g a r a s e n l a o r i l l a d e m i m i r a d a
- m e n t i r a q u e t u i m a g i n a c i ó n m e a c a r i c i a r a
He gritado, he suplicado, he pedido clemencia, por favor, para ya.
- m e n t i r a q u e l a v i d a s i g a s i n t i.
Has aparecido en el espejo, te he escupido con desdén, y cuando he limpiado la saliva, ya no había nada.
Me derramé,
todos los sentidos jubilados
y sólo quedó,
la caricia de tu risa
en ese suelo
que pensé pisar sin labios.
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