Ya te puedes ir.
Ya he acabado.
Han dejado de sangrar las encías. Me tragaré uno a uno cada trozo de cada pétalo. Puedes irte. O quedarte, como quieras.
Me sale espuma por los poros.
Mis manos son el piano.
Ayer por fin, dejé de suicidarme, ¿recuerdas,Ofelia?
Se han roto todos platos y ahora están regados por el salón.
La puerta sigue entreabierta. Al igual que mi cordura.
-Apaga la luz, tengo frío.
He odio mi propio disparo.
Y sentido crujir cada uno de mis recuerdos.
Y aun así.
Aun así, melancolía.
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