Estaba mirando como morías lentamente.
Con la mueca del “ahora sí”
Con el ego encendido.
Con el frío en el borde de los dedos.
Queriendo saltar al vacío de tus pies.
Existe entre tu ojo y mi ojo la misma distancia que entre mi cordura y su disfraz.
Y yo solo te he vendido mi boca para recitar a Romeos muertos de miedo, que engañan a la mentira y miente a la invención de lo que creen ser.
¿Por qué lo has hecho?
Préstame tu dedo índice para provocarme la arcada que me saque de aquí.
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Mentira
Arrastro mis nudillos por tus dientes|
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Mentira
No se si sangra la fuerza o la palabra.
No se si estoy desarraigado,
O son mis miedos los que ya no tienen procedencia.
Soy el primer destino que olvidaron tus sienes.
Abro la puerta que te deja amanecer.
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Sinfín.
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