-¿Cuándo terminará esto?
-¿Cuando empezó?
No quedan ya ni mentiras, ni unicornios con el que poder clavarme su cuerno y sacarte de debajo de la cuarta costilla del cuarto cuerpo. Porque ya no sé cuantos soy, cuantos tengo. Donde quedó el espejo donde no quedaba reflejo.
Hay diecinueve hojas secas colgando del techo de mi habitación.
Y no sé cómo vivir en la carcasa de mi cuerpo, con los fantasmas del tuyo.
Llévame al rio.
Si ya te he dado la vida, llorona, ¿que más quieres? Quieres mas.
He deshecho la cama como se deshacen pensamientos inservibles dentro de una guitarra de azúcar. Voy a pintarte un cuadro con un mechón de tu pelo.
Eres un corsé.
La cama está rota. La boca está muerta. No quiero hablar de ti.
Hablo de la crueldad de una caricia. Hablo, sin ni siquiera saber hablar.RJEhfe.gdiqwu!sdofwems
Tjsdwess fier sdjfsie qsot.
Vamos, llévame al rio, el sol me da frío.
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