no hace falta mediar palabra
basta con abrir nuestros sentidos y dejarnos mecer por esa sinuosa felicidad callada.
Acordé abrazarme al colchón y no atender a la urgencia arácnida de tu mirada
Estaba oscuro pero tu pestañear provocaba fulgores que nos ayudaron a adornar la pared con las sombras chinescas de nuestros besos.
Puedo ir hacia atrás y detectar el momento en que empezaste a controlar el sentido que toman las nubes con el viento, y cuando guardaste filamentos de mi piel,
que ahora gustas de mezclar con tabaco.
Noto en el humo la esencia que me robaste, desnudo al aire y me reconozco.
no se si suspirar o contraer el pecho y entrar en paréntesis orgánico.
no se si dejarme de tonterías o atontarme más.
No le queda nada al espacio que nos separa,
si algún día quiso la distancia contenerme llega tarde,
me he reducido a una coletilla de tu nombre.
Compongo el "etcétera" de tu presencia,
mi persona se manifiesta en la verdad de tus palabras.
Habla y me dirás.
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