estoy desfigurada a nivel existencial, luego no puedo decir que sea de una manera u otra, ni puedo prometer ni asegurar nada.
Me jode pensar en la cantidad de veces que no he sido honesta por falta de conciencia y compromiso con el aquí y el ahora. Mi realismo es muy holgazán, y mi capacidad pragmática necesita batería y me ha costado horrores ahorrar para el billete que me bajara de las nubes.
Ahora hay muchas cuestiones que antes no eran tan valoradas y sin embargo es obligación perseguirlas, estudiarlas y aplicarlas. Siento que debo crecer demasiado, me exijo porque presumo de sed insaciable, de eterna insatisfacción, de cuestionamiento perpetuo. Me he equivocado tanto por no empatarme a la duda, ¿qué tiene de malo? ¿Acaso no puedo aceptar que es la duda lo que siempre seguirá a mi seguridad?
Desde luego que hay determinados anteojos que prefiero que permanezcan tapados, verdades con caparazón que recubro aunque no sea necesario, de metáforas, galimatías, acertijos y por si pueda haber un momento de vulnerabilidad me preocupo por alejarme de lo básico con tropecientos mecanismos de torpeza, que me hagan hacer zumo de la luz del sol e intentar buscar sus grumos en pieles ajenas.
Y bien. Después de tantos proyectos mentales y no cumplir ninguno, intento modelar mis pensamientos para que trasciendan la materia y me importen otras cosas, como los sentimientos sin nombre o la vida que nunca viviré o lo que me gustaría pensar si realmente fuese dueña de mi pensamiento.
El problema es que de repente hago cosas absurdas como acordarme de ti y te identifico como un perfil contaminante , un antiejemplo, para contrariarme de nuevo, otra vez haciendo el pino en mi pensamiento. JA.
Para que luego digas que eres libre, qué ingenua, yo te obligo a serlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario