Olvida todo lo que te pueda decir.Es mi mentira de ti.

sábado, 12 de noviembre de 2011

sinsaberdondepararmicorazonnoseparayyonoreparoqueladudaesunestadodedesobedienciacivil

Llevo tiempo sin ver nada al final del ojal, y parece que no pasa nada pero no, la realidad se detiene solo ante la historia.

La vida es un atropello y no tengo tiempo para respirar sin vivir a cambio. Quiero deshabitarme de vestiduras y cubiertas , necesito que se embrutezca el alma y se derrita la mente, expansiva, ante la luz.

No quiero andar con paragüas, ni que los ojos se retuerzan incrédulos, tras los espejos, abismos, pisadas y precipicos. La realidad es la mayor distancia porque no puedo avanzar con el pensamiento sin tener que buscar soporte en el suelo. Y es horrible, horrendo, la cabida que tienen los sueños entre la suela y el pavimento. Para superar todas las distancias hay que prescindir de la realidad. Abriendo montañas de pasos sin concebir la oscuridad y el sinsentido, aunque no hay peligro más vital que desteñirme de donde estoy y no saber donde parar.

Me llamo de dulces maneras debajo de tus manos, pero estoy fuera y aquí todo me identifica, hasta esta blanca pared de vitalidad virgen y marchita. No sé donde mirar y encuentro un rincón inconsciente plagado de arañas aunque insuficientes, para las patas que esconden mis abrazos. Puedo andar por la calle y mirarte de verdad a los ojos. Mengüan las almas por esta insuficiencia lunar, de noches insólitas con caricias de lágrimas. Una y otra vez, derramandome por tu espalda en constante caida tectonica. Formando una isla de tormentas y naufragios donde retomar el preludio de la existencia: volver a nacer para morir entre la pasada vista y el después de tus pupilas.

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