Olvida todo lo que te pueda decir.Es mi mentira de ti.

lunes, 10 de noviembre de 2014

611 crónica de una muerte anunciada.

Decapitar.
Cercenar.
Arrancar.
Extraer.
Cortar.
Suprimir.
Eliminar.
Olvidar.
Olvidar.
Olvidar.
Fingir que no me duele cada rincón de mi cuerpo.
Que puedes pasar desapercibido en la calma. Como en un bosque al que se le caen las hojas.
Fingir que no estás.
Que no necesito tu materia.
Que jamás te había visto más de lo que te veo ahora.
Aquí.Latente.Latente la huida.Latente el concepto de tranvía.
Idealizar.
Idealizar lo que nunca fuiste para mi.En la ausencia.En la ausencia lo eres.Eres cada imagen que querias ser y nunca te dibuje.
Se van secando tus huellas en mis manos.
El calor.
El calor cuando yo quería tener frío.
611 fotos.
611 recuerdos eliminados con un simple tac.
Como si el no ver esas fotos me hiciese no pensar en ellas.
Mentir.
Fingir.
Me.
Bloquear cada instinto.
Cancelar las tonaladas de palabras que me pesan y que son todas para ti.
Aprender a aprender.
Herido.
611  fotos.
Y nada de rencor.
Ni un ápice de odio.
Solo recuerdos.
611 recuerdos que ya no están en mi al alcance de mi vista.
Ahora solo corretean por todas mis arterias.
Y no quiero que lleguen a mi cerebro ni a mi corazón.
Quiero que se queden navegando por el estómago y mezclarlos con zumo de naranja.Con fresas y chocolate.Con todo lo que no me recuerde a ti.Con todo lo que no éramos y ahora creo ser.Porque la palabra “nosotros” nunca tuvo sentido hasta ahora.Porque un adiós se convierte en hola tan fácil como un hola en adiós.
Olvidar.Sustituir.Disfrazar.Asumir.Entender que el amor es simple.Y a las cosas simples, las devora el tiempo.

Las gaviotas de mi interior revolotean zigzagueantes y puntiagudas.Las gaviotas quieren escapar.Roen mi piel de adentro afuera.Se golpean contra mis órganos.Las gaviotas están enfadadas y quieren venganza.Sus plumas me vulneran los nervios.Siembran sus garras en mi carne.Las gaviotas quieren huir.Quieren volver.Quieren salir para regresar.Para no volver jamas a donde jamas deberían de haberse ido.Las gaviotas quieren hielo.Hacen nidos muertos en mi garganta muerta.Las gaviotas me odian.Pero ellas no lo saben.
Ellas no saben que soy yo.
Soy yo quien las alimentan,
para
que
jamás
dejen
de
herirme.




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