Y el esperpento se hizo azulejo
que decora una calle,
donde
paseamos las dos.
Nos hacemos un ovillo,
retorcemos nuestra silueta,
sin
estiramientos,
sin esfuerzos,
cada vez más y más pequeñas.
Ahora somos el
contenido del azulejo.
La célula del cigoto que creció
en el
vientre de mi madre.
Es- dia
per- verso
pen- diente
to. mabas
No hay comentarios:
Publicar un comentario